lunes, 21 de marzo de 2011

La Cuna de los Sueños CXLII

La Cuna de los Sueños 142.- (Hombre Lobo) cada ciclo lunar esta lleno de misterios que encierra la luna, como los aquelarres, ritos paganos, transformaciones lunaticas, este pasado sabado 19 de marzo la luna llena llego a estar lo mas cercana de la tierra, lo cual solo ocurre cada 18 años.

El origen del Hombre Lobo

El antecesor del mito del hombre lobo es Lycaón, aquel desdichado rey de Arcadia. El mito es recogido por Pausanias, Platón y Ovidio, entre otros tantos.

Lycaón era hijo de Pelasgo, o de Titán y de la Tierra; fue el padre fundador y primer rey de la ciudad de Licasura, erigiendo un altar en el monte Liceo en honor a Zeus Tonante. Sin embargo, cometió la imprudencia de querer engañar a los dioses, invitándolos a un banquete en el que hizo servir la carne de su propio hijo disimulada en una especie de guiso.

La herejía fue desenmascarada, aunque es de caballeros confesar que al menos Demeter alcanzó a degustar el insólito manjar y Zeus condenó a Lycaón y a toda su estirpe a convertirse en lobos.

De esta leyenda nace la tradición del hombre lobo. Lycaón es una deformación de la palabra griega lykhos, “lobo”; que con el tiempo terminaría por designar a todos los hombres lobo mediante la palabra compuesta "licántropo" (lykhos, “lobo”, anthropos, “hombre”).

Muchos estudiosos afirman que la leyenda de la transformación en lobo durante la luna llena es una adición medieval, pero no es así. Ya Plinio el Viejo, en su Historia Natural, nos narra la historia del hechicero Domaco, quien por haber cometido antropofagia fue condenado a convertirse en lobo durante las noches de luna llena.

El mito del hombre lobo floreció en toda la literatura antigua; incluso tiene una breve aparición en el Satiricón. El capítulo XLII uno de sus pícaros protagonistas, llamado Nirceo nos relata cómo unos de los soldados se aproximaba al cementerio durante la luna llena, se despojaba de sus ropas dejándolas sobre una tumba, orinaba sobre ellas, y luego se convertía en un feroz y enorme lobo negro. Así concluye Petronio la historia del licántropo en boca de Nirceo:

"...comprendí entonces que era el lobo del que me había hablado Melisa, y a partir de entonces me habría dejado matar antes que comer un trozo de pan en su compañía. Los que no me conozcan, y crean que miento, allá con su juicio, pero que me ahoguen los genios tutelares de esta casa si lo que he dicho es falso..."